selección de
obra
Creo piezas en distintos medios como la pintura, el textil y la estampa, a través de las cuales exploro la percepción y lo sensorial, así como los conflictos psicológicos y estados emocionales que me atraviesan. Mi trabajo también busca reflexionar sobre los territorios que habito y las formas en que construyo mi identidad.

Esta serie explora conflictos internos como un territorio somatizado a partir analogías con la piel: límite entre el mundo y la subjetividad, espacio y frontera de nuestra existencia.
Soy la suma de fragmentos, bordados y cosidos con paciencia y afecto.


Estas pinturas funcionan como ventanas que revelan la fuerza de la naturaleza y su esencia líquida. El agua, símbolo constante, alude al origen y al vínculo espiritual; una atmósfera de vulnerabilidad y emotividad.
BARDA es una serie que, desde la abstracción, reflexiona sobre el muro como frontera entre la geografía interna, emocional y sensible; y la externa, incierta y múltiple, donde habitan los otros que, aunque nos atraviesan, es preciso mantener al margen.


Esta serie–instalación, de textil y monotipo, reflexiona sobre las emociones reprimidas que acumulamos a lo largo de nuestra historia de vida. La caja simboliza ese mecanismo que guarda y encierra; repito y construyo esos límites que, como las emociones contenidas, terminan por desbordarse.
Abordo el llanto a través del trabajo textil. La conexión sensorial con la tela me lleva a explorar conflictos internos que nos forman como cuerpos que sienten. He aprendido que llorar no es debilidad; el sujeto fuerte llora, porque resiste: en el dolor, nos reinventamos.


Esta serie parte de desfuncionalizar la vestimenta para reflexionar sobre la ansiedad. Las camisas, como segunda piel, evocan la sensación de estar cosido, atado o ahogado. La tela y el hilo se convierten en metáforas del cuerpo ansioso: materiales que en lugar de proteger, oprimen.